No tiene que ver con la foto, pero el título me hizo
acordar a una costumbre francesa que jugábamos con mi abuela materna,
parisina.
Consistía en lo siguiente: cuando se abría una almendra, si venía con
doble carozo o semilla, se le ofrecía a alguien de la familia
compartirla. Si éste aceptaba, al día siguiente, el que primero le decía
al otro "bonyú filipín" se adjudicaba un regalo.
Cuando lo hacíamos, como ella vivía con mis tíos en
Ciudad Jardín y nosotros en Flores, nos llamábamos por teléfono y al
escuchar "hola" le espetábamos el "bonyú filipín". Las veces siguientes,
cuando sonaba el teléfono (no había, obvio, identificador de llamadas)
al atender, por las dudas, decíamos la frase y si era otra persona era
una risa porque se quedaban mudos o cortaban el teléfono, seguro
pensando se habían comunicado con la embajada de Francia o el Borda.
¡BUENOS DÍAS FILIPINAS! « ¡Buenos días Philippine! »
La expresión, muy conocida por los niños comedores de almendras gemelas,
o de otro fruto desdoblado, hace ganar, a la mañana siguiente, un
pequeño regalo al que la dice primero.
Parece que la costumbre nació en la década de 1870 y
que haya estado reservada en sus orígenes, a los enamorados, y que la
Philippine en cuestión sea una alteración de una palabra alemana
vielliebchen que significa "bineamada/o". Nada tiene que ver por
consiguiente con el archipiélago de Philippines o Filipinas cuya capital
es Manila. |