Gracias, Don Benito !!!
Estamos en una terraza de paredes altas llena de
estatuas, un señor mayor vestido con un saco gris y moñito, nos va
contando algo de cada una, todas tienen alguna anécdota, algún
recuerdo.
Nos subimos en un escalón de la pared y detrás están
los barcos. Mi mamá le dice: - Se nota que es italiano por el perfil-, y
el hombre con una sonrisa le contesta: -Noooo! Yo soy argentino.
Bajamos y nos muestra cuadros gigantes, todos
con barcos, con mucha pintura, parecen hechos con espátula. Llegamos a
una pequeña habitación, dos cincuenta por cuatro, no más grande que eso.
Una cama, una silla, una mesita.
En el rincón un perchero con un uniforme naval. De
Almirante. En el ojal de la solapa un tornillo dorado de unos seis
centímetros. La distinción máxima de La Orden del Tornillo. Qué
sencillez! Qué humor!.
Nos cuenta que se llamaba Chinchella, los italianos lo
pronunciaban "quinquela" y sus amigos de acá "chincheya". Entonces se
cambió a Quinquela y el problema fue que los italianos le empezaron a
decir "cuincuela".
En su barrio hizo edificios para los chicos y los donó
al Estado. Los pintó con sus colores y los decoró con sus obras. Todos
tienen grandes ventanales. Los techos son altos. Tienen mucha luz.
Ahora los están recuperando del paso del tiempo
mediante el proyecto Boquita Pintada que trabaja en la franja de
Caminito con el apoyo de Bomberos Voluntarios, el CGP 3, la Corporación
Buenos Aires Sur, y las pinturerías Tersuave.
En la Boca del Riachuelo se construía con las chapas
que traían como lastre los barcos que venían de Europa para luego irse
cargados con materias primas. Las chapas eran desechables para el
comercio. Así la gente de la Boca transformó las chapas en casas y la
pintura de los barcos en paisaje. Como Buenos Aires no es una ciudad de
edificación colorida, pronto el barrio de la Boca se hizo famoso por su
paisaje multicolor.
Hoy están recuperando sus matices, gracias a un
minucioso cateo de colores para dar con el tono exacto. Siempre íbamos a
ver los barcos y las casas de colores, cruzábamos el Riachuelo en bote
ida y vuelta y volvíamos a casa con los ojos llenos de colores y de
barcos que siempre estaban allí. Gracias Don Benito !!!
Para ir puede tomar el 29, el 64, el 152. Hay donde
tomar una gaseosa o un café. lleve cámara de fotos y los ojos atentos
para captar todos los colores. |