CRONICA
23 DE FEBRERO DE 2009
Una escuela rodante para chicos en la calle
“Llevar la escuela a la calle” fue la idea con la que el belga
Arnoud Raskin creó en 1996 la organización Mobile School. El
objetivo era educar, por medio de juegos y en su ámbito habitual, a
chicos que viven en la calle, ayudarlos a mejorar su autoestima y
sus condiciones de vida.
Hoy existen unas 24 Escuelas Móviles impulsadas por esta
organización en más de 10 países y, desde principios de mayo, hay
una rodando por Buenos Aires. La experiencia la lleva a cabo un
grupo de la Legión de la Buena Voluntad , una ONG nacida en Brasil y
radicada hace 22 años en el país. Pero si bien hasta ahora se las
ingeniaron para transportar el carro de la escuela ambulante con un
flete, necesitan un vehículo de tipo utilitario para remolcarlo con
un trailer y facilitar el traslado de los educadores que llevan
adelante el proyecto en los barrios de San Telmo y Once.
Escuela móvil que la Legión de Buena Voluntad lleva a sitios donde
se juntan chicos que viven en la calle.]
“Apelamos a la solidaridad de la gente o de alguna empresa que
quiera colaborar dentro de su programa de Responsabilidad Social
Empresaria”, explica Laura Leone coordinadora de la Legión de Buena
Voluntad. Ella fue quien en agosto del año pasado se contactó con
Raskin a partir de leer en una nota en Clarin.com sobre el trabajo
desarrollado por Mobile School en países como Bolivia, Colombia,
Chile, Guatemala, Venezuela y República Dominicana, donde distintas
ONGs locales adaptaron con éxito a la realidad latinoamericana este
programa educativo de la organización belga.
Hasta ese momento, Leone participaba como voluntaria de un programa
de la Legión de Buena Voluntad y repartía viandas de comida a
personas sin techo en la Plaza Miserere. “Queríamos trabajar con un
valor agregado distinto y al enterarme de la existencia de las
Escuelas Móviles, me interesó la experiencia para complementar el
trabajo que veníamos haciendo en la calle y no quedarnos sólo en la
caridad”, cuenta.
Tras contactarse con Raskin y empaparse de cómo funcionaba esta
metodología organizó un equipo para llevar adelante el proyecto en
Buenos Aires como socios locales de Mobile School. Su creador vino
en abril de este año para capacitar durante un mes al equipo de
educadores voluntarios locales, en los contenidos y el enfoque
pedagógico. No llegó solo: lo acompañaban un colega español y un
enorme carro transportable lleno de láminas, pizarrones y juegos
diseñados especialmente para el proyecto.
Así fue como el 11 de mayo pasado, el primer grupo de voluntarios
salió con la escuela rodante y su propuesta de juegos educativos
hacia un predio ubicado debajo de la autopista 25 de Mayo, en Paseo
Colón y Cochabamba. “Ahí viven varios adolescentes que a la mañana
concurren al CAINA, el centro del día del gobierno porteño, pero que
a la tarde no tienen actividad por lo que se quedan deambulando o
consumiendo drogas”, relata Laura, quien además de integrar el
equipo de educadores de calle, coordina el proyecto. Poco después
comenzaron también a ir semanalmente a Plaza Once, donde trabajan
con otra decena de chicos, no siempre los mismos, porque según
precisa Leone, “la Policía los corre y van cambiando de lugares”.
El objetivo, tal como fue concebido originalmente por Raskin, es
trabajar sobre la autoestima de los chicos. "Si ellos comienzan a
valorarse y recuperan la imagen positiva de sí mismos, van a poder
alejarse de lo que les hace mal, como el consumo de drogas, la
violencia o la falta de higiene, problemáticas propias de estar en
la calle”, advierte.
“En este planteo de visitar a los chicos, nosotros nos involucramos
en la realidad de ellos y no pretendemos que ellos se incorporen a
la nuestra”, señala la coordinadora del proyecto de Escuela Móvil
local.
Aprender a pensar jugando
Chicos que viene en la calle participan de una clase en Plaza Once.]
Al llegar al lugar con la caja ambulante donde están los chicos en
situación de calle, los educadores comienzan a desplegar grandes
pizarras con los materiales gráficos a utilizar. Todo el sistema es
móvil y fácil de desplazar, porque esta modalidad educativa se rige
por la premisa de que “si los chicos no van a la escuela, debe ser
la escuela la que vaya hacia ellos”. Pero para eso, es necesario
adaptarse a su "cultura callejera”. “Vamos con una propuesta de
escucharlos y de ser facilitadores de su reflexión. Es un abordaje
distinto al tradicional. No les decimos, por ejemplo, que drogarse
está mal, sino que intentamos que ellos lleguen a esa conclusión por
ellos mismos”, reflexiona Leone.
Entre los materiales hay láminas educativas con muchas imágenes y
poco texto, juegos y ejercicios para aprender desde el abecedario
hasta operaciones matemáticas, a la vez de disparar la reflexión
sobre situaciones cotidianas o formas de cuidar la salud y la
higiene personal. El conjunto está desarrollado teniendo en cuenta
el contexto de la realidad de niños y adolescentes que viven en la
calle, e incluye títeres y disfraces ya que el juego es un
componente fundamental de este método de enseñanza poco
convencional.
Como una de las características del proyecto es el trabajo en el
propio ámbito en que están los chicos, y los lugares de reunión o
asentamiento no son permanentes, la escuela móvil se propone
seguirlos a donde vayan. Por eso Leone destaca la necesidad que
tienen de conseguir un vehículo que les permita trasladarse con más
facilidad y sumar nuevos lugares y alumnos, con un costo menor que
el que les ocasiona alquilar un flete cada vez que tiene que salir a
la calle.
Como nació la idea
La historia de la Escuela Móvil nació cuando Raskin tenía 23 años y
estaba a punto de recibirse de diseñador industrial. Para finalizar
sus estudios debía diseñar un producto a modo de tesis. En lugar de
atender las fluctuantes demandas del mercado, comenzó a pensar en
satisfacer necesidades básicas. En esta búsqueda, conoció la
realidad de los niños colombianos que están en la calle y comenzó
una investigación sobre el tema que lo llevó a Colombia para
trabajar como voluntario asistiendo principalmente a jóvenes. Esa
experiencia fue la génesis de Mobile School, la organización que
creó para trabajar en la problemática de los niños de la calle y
ayudarlos a aprender, a valorarse y mejorar su condición de vida.
Hoy, con 34 años, ya capacitó en esta metodología de la Escuela
Móvil a más 24 grupos en una decena de países.
¿Que podes hacer?
* Para colaborar con la donación de un vehículo para la Escuela
Móvil, comunicate con Laura Leone al (011) 4925-5000 o a laural@lbv.org.ar.
* Si querés saber más del proyecto local de Escuelas Móviles que
lleva adelante la Legión Buena Voluntad o sumarte como voluntario,
comunicate al (011) 4925-5000.
* Si querés saber más sobre el proyecto belga de Mobile School,
escribí a info@mobileschool.org.
Publicado en Plaza Pública
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