En la esquina de Salta y Moreno una
motocicleta que suele estacionarse durante todo el día en la
porción de vereda correspondiente a la ochava, resulta, pese a la
infracción, beneficiosa para los peatones que por este lugar
transitan.
Una porción del caño que ha
pertenecido al cartel indicador de nombres de calles y numeración (
que dicho sea de paso no se repuso nunca jamás), ha permanecido
insertado en la vereda. Se trata de un caño de quince cent'ímetros
de altura y
seis centímetros de diámetro, no identificable fácilmente por
los peatones, ocupados mayormente de cruzar, sin
contar con la ayuda de un semáforo, que de andar fijándose que hay,
en un piso donde no debiera haber ningún obstáculo. El borde del
caño no es romo sino cortante e irregular.
Entonces en este caso en particular,
la presencia semanal constante de la moto mal estacionada previene
una cantidad de accidentes. En la visita que hiciera el ministro del
ramo en ocasión de inaugurarse el ciclo de cine "Hacelo
corto" este caño mochado ya se encontraba en la vereda de la
escuela de cine. La remoción de este pequeño objeto peligroso es
muy sencilla. Bastaría contar con una maza sostenida por un brazo
que subiera y bajara repetidas veces, impactando los bordes del
caño en cuestión -- no ya para extraerlo, para lo cual haría
falta maquinaria más especializada, quizás propia de un llamado a
licitación internacional--, sino para arromar sus bordes, con lo
cual evitaríamos cortaduras en caso de impacto, recibiendo sólo un
molesto golpe.
Se estaría creando en el Barrio de
Monserrat una comisión para homenajear al dueño de la motocicleta
preventiva, ya que por lo único que la estaciona allí es por
solidaridad con el prójimo. Sería lamentable que ahora alguien le
labrara un acta de infracción a la moto en cuestión y que el caño
mocho permaneciera, al acecho del peatón distraído o disminuido
visual, en
la acera noreste de Salta y Moreno.