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2 de mayo de 2006

regreso a mi casa con la satisfacción de haber encontrado a dos sobrevivientes de la famosa Guardia Urbana

Artículo escrito por una Vecina de la Ciudad para Curiosamonserrat

A la salida de Retiro luego de un pacífico viaje en tren decidí tomarme el colectivo para llegar no sé si tan pacíficamente pero si cómodamente en la línea 100 de colectivos que sale de allí.

Pero luego de sortear el chofer un camión de 20 metros de largo y aunque el lector piense que lo que sigue es producto de una breve siesta, a un par de caballos con sus correspondientes jinetes que aún no puedo descubrir a que fuerza pertenecían, puesto que lo que oficiaba de uniformes no coincidía con ninguno por mí conocido.

Luego de esperar pacientemente que las personas que montaban a los equinos recuperaran el control de los mismos, al conductor lo tomó por sorpresa la luz roja que se prendió en el semáforo de la subida de la calle Juncal. Aguzando un poquito más la vista logré distinguir a dos empleados de la Guardia Urbana, quienes charlaban alegremente a dos metros de la línea peatonal quizás sobre su próxima salida del fin de semana. Así, los peatones cruzaban la calle por la senda peatonal por detrás del colectivo -fuera de la luz que les corresponde- y de los coches; particularmente el micro que me transportaba puso primera y esquivó ansiosamente la luz roja que ya finalizaba.

Los chicos, imagino que aún siguen conversando tan animadamente y también tan irresponsablemente como cuando los vi hoy en su horario de trabajo. No sé qué sucedió con el resto de la "tropilla" de la guardia que hasta Diciembre del año pasado estaban en el mismo lugar; pero me voy de regreso a mi casa con la satisfacción de haber encontrado a dos sobrevivientes de la famosa Guardia Urbana.***

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