2 de febrero de 2006
kioscos en la ciudad
La temporada veraniega y el hecho de que, según
"nos cuentan" en los noticieros, todos este año han
salido de vacaciones, al punto de tener que dormir en la calle
porque no hay más plazas en los hoteles, sumado a la baja
visibilidad que presentan muchas calles de barrio en el crepúsculo
y la falta de seguridad respecto de los robos, da como resultado que
el famoso kiosco multirubro aún cuando la palabra todavía no
existía cierre cada vez más temprano.
Los que nos quedamos en la Ciudad entonces nos vemos
privados de un servicio. Uds. Podrán decir que un kiosco es una
empresa privada pero no deja de ser un Servicio, ya que nos saca de
más de un apuro. Desde un rollo de papel higiénico o un sobrecito
de uvasal, o comprar las galletitas para la mañana siguiente porque
a última hora te enterás que tu sobrino se queda a dormir o una
gaseosa cuando ya cerró el almacén y hace 35º de sensación
térmica a las nueve y media de la noche. Cómo no estar
acostumbrados al kiosco si tiene su origen en el descubrimiento de
América con Cristóbal Colón, primer vendedor de baratijas,
collares y espejitos en el Caribe. Luego se han ido diversificando y
hoy los tenemos de varios tipos como por ejemplo:
Kiosco de vereda: Ubicados en veredas con su culata
tangente a la calle o avenida. De planta generalmente rectangular,
por sucesivos rebatimientos, elevaciones. giros, enchufes y acoples
puede llegar a sextuplicar su superficie cubierta y volumen de
exhibición. Una vez desplegado y en posición de ataque, crea un
óptimo clima para el binomio "comprador-vendedor": se
cumple aquí , aquello de que los compradores no son personas que
compran sino gente a quien se le vende. De horario comercial
coincidente con el flujo peatonal administrativo, suelen replegarse
a media noche. De relación muy directa con el clima y las cuatro
estaciones tienen lograda escala humana, su percepción es gradual y
su entrada y salida, natural.
Kiosco entre medianeras: ubicados en espacios
inverosímiles, que van del metro de frente, a latifundios de 2,50
m, y en profundidades que varían de los 60 centímetros a los 60
metros, con siluetas quebradas, sus alturas llegan, en intrincados y
misteriosos planos paralelos , oblicuos y perpendiculares, al limite
de la saturación espacial. Agotan todas las posiblilidades de la
topología combinatoria, de formas aditivas, sustractivas y con
tramas interiores cerradas. Su interior es un laberinto borgiano. Su
emplazamiento en la trama urbana es insospechado, su aparición
sorpresiva. Esta especie se caracteriza por la captación intensa de
clientes consumidores de infinitos artículos. Su horario más
productivo arranca con el crepúsculo, y posee un microclima
comparable a un confesionario. En él se puede obtener un dato para
la cuarta de Palermo, como los valores inmobiliarios de la bolsa de
París.