CRONICA
6 de diciembre de 2005
Un día normal en Monserrat
Cinco bloques de hormigón
descendieron lentamente sobre la calle San José y se acomodaron prolijamente
cortando esta calle y en coincidencia con el cordón de la calle Alsina, como
aquellos que van a quedarse un largo tiempo.
Al centro de la cuadra, yendo hacia
Moreno, dos obreros armaban una carpa de 4,50 metros por 7,50 m de largo y en un
cobertizo ya armado descansaba un gran compresor.

Un volquete, bastante mas grande que los que habitualmente vemos en la
ciudad, estaba estacionado en la vereda impar.

Hacia la esquina de Moreno
retrocedían con su pitido intermitente de la marcha atrás de los vehículos de
obra, dos camiones largos provistos de grúa. En el compresor y en el volquete
podía leerse "Coniper S.A.".
No se veía ningún cartel indicando
qué iría a suceder en esta cuadra, ni por dónde debería desviarse Papá Noel en
su recorrido de Nochebuena. Una señora con 2 bolsas de la compra en la mitad de
la calzada
más todo el resto de los que transitábamos por la cuadra mirábamos asombrados
el rápido despliegue de elementos.
En la esquina de Alsina los
automovilistas embotellados ya
por la dificultad diaria de poder acercarse a la zona de Plaza de Mayo
ensayaban un villancico de bocinas.
Apenas a dos cuadras, en la
Avenida de Mayo, los vecinos admiraban el par de columnitas de esquina
que pronto se podrán disfrutar a lo largo de toda la avenida como parte de su
Puesta en Valor.
Cruzando la Av 9 de Julio, en la
peatonal Perú, aguardando la última sesión ordinaria del año de la Legislatura
Porteña, un grupo con pancartas del Hotel Bauen
y la típica banda de bombistas ocupaba parte de la calle Perú paralelamente con
las vallas, los chalecos naranja y la línea de escudos,

terminando en la Diagonal Sur con autos estacionados sobre la peatonal en la
boca del subte de Bolívar y cinco móviles de los medios trabajando sobre las
noticias. En síntesis, un día normal en el Barrio de Monserrat.
* * *
|